Tenía solo 14 años, cuando un incidente inesperado cambió, para siempre, la vida de Víctor Ocampo, el hoy conocido, en la industria del cuidado capilar, como “El Rey de las Extensiones”. Su madre, atendida por un estilista del barrio, terminó con su cabello trasquilado por una mala práctica del profesional. Este hecho, la llevó a sumergirse en una gran depresión, pues su seguridad, como la de cualquier mujer, estaba depositada en su larga cabellera.
Víctor, siendo solo un niño, oriundo de El Cairo, no soportó ver a su madre llorar día y noche. Por eso, se le ocurrió la maravillosa idea de conseguirle un “cabello nuevo” para cambiar su estado de ánimo.
“En esa época ya las mujeres usaban extensiones, pero si ahora son costosas, antes, lo eran más y para un niño de escasos recursos, era realmente imposible acceder a un cabello de esos. Sin embargo, como para mí nunca ha habido nada imposible, llegué a un acuerdo con una vecina a la que le hice un `blower´ a cambio de un poco de su cabello para dárselo a mi madre”, asegura el estilista.
Desde ese momento, Víctor decidió aprender mucho más acerca de las técnicas de las extensiones, el manejo del color y todo lo concerniente alrededor de este arte, pues encontró aquí una gran opción para dejar su pueblo y emprender nuevas aventuras de la mano de las extensiones de cabello.
“Siempre he dicho que, si voy a hacer o a emprender un sueño o una meta, tengo que hacerlo con todas las de la ley y que, si yo iba a trabajar con extensiones de cabello, tenía que ser el rey de las extensiones. De ahí nació mi nombre y a todas partes donde iba y trabajaba dejaba la huella del rey”, afirma Víctor.